El uso de medios de contraste dentro del arsenal
diagnóstico y terapéutico médico puede ocasionar efectos adversos como
toxicidad renal e injuria renal aguda, conocida como nefropatía inducida por
contraste. Se estima que en la población con función renal normal la incidencia
es del 0-5%; sin embargo, en personas con alteración de la función renal basal
puede llegar a un 12-27%. La nefropatía inducida por contraste se define como
un aumento absoluto (≥ 0,5 mg/dl) o relativo (≥ 25%) de la creatinina sérica en
24-72 h post exposición al medio de contraste. Es la tercera causa de injuria
renal aguda intrahospitalaria y conlleva un aumento en la morbimortalidad de la población.
Nefropatía Inducida por Contraste