Historia Hemodialisis

RI-ON-ARTICIAL0

 

Historia Hemodialisis

Para conocer la historia del riñón Artificial primero debemos conocer la historia de Willem J. Kolff, M.D., quien es considerado el inventor del primer órgano artificial, para sostener la vida de forma segura. Willem Johan Kolff había nacido en Leiden, Holanda, el 14 de febrero de 1911 ,hijo de un médico, su familia se mudó a Hummelo, en el este de Holanda, donde su padre se hizo cargo de un sanatorio para tuberculosos. El pequeño Willem sufría de dislexia, disfunción desconocida en esa época. El colegio al que asistía imponía el aprendizaje de cuatro idiomas además del holandés y Willem sufría permanentes sanciones por su dificultad para leer y deletrear. Sin embargo, tenía una natural destreza manual, por lo que su padre lo puso a tomar clases de carpintería los sábados por la tarde, lo que sin duda acrecentó su habilidad manual.

RI-ON-ARTICIAL00

La historia del Riñón Artificial comenzó durante la Segunda Guerra Mundial, en Holanda Nazi-ocupada dónde el Doctor Willem Kolff inventó el riñón artificial en 1943, en el Hospital de Kampen. El equipo de hemodiálisis que usó constaba de un tubo de celofán, empleado para recubrir salchichas y plegado alrededor de un cilindro metálico, se llenaba con la sangre del enfermo impulsada por una bomba peristáltica. Todo el conjunto, accionado por el motor del limpia para-brisas de un viejo Ford desmantelado, giraba sumergido en una batea que contenía un baño con la composición del líquido plasmático .El paciente falleció, como ocurrió con los siguientes catorce. Recién dos años más tarde, la paciente número 16, de 67 años de edad, fue la primera en sobrevivir a la insuficiencia renal aguda y la hemodiálisis. Su nombre era María Schafstad. Acusada de ser colaboradora nazi, estaba encarcelada cuando entró en coma urémico. A pesar de que muchos de sus compatriotas hubieran preferido que la mujer fuera dejada a su suerte, el Dr. Kolff, respetando su juramento hipocrático, efectuó con éxito una prolongada sesión de diálisis. Cuentan que sus primeras palabras al despertar del coma fueron: “Voy a divorciarme de mi marido”, quien había luchado en la resistencia contra los nazis. La paciente vivió 7 años más y murió de causas ajenas a sus problemas renales (2). El Dr. Kolff realiza una visita a los Estados Unidos en 1947, una versión modificada de su máquina se desarrolló y usó en Boston por John Merrill y colegas al Peter Bent el Hospital de Brigham.

Durante la Guerra de Corea en los comienzos de los años1950, se realiza una prueba para tratar el fracaso renal con un nuevo Riños Artifical creado por Kolff-Brigham. En 1960, Belding Scribner y Wayne Quinton, en el Hospital universitario de Washington en Seattle, realizan una desviación del arterio-venosa implantada que hizo posible la conexión repetida a la máquina, haciendo posible su empleo para el tratamiento de la hemodiálisis el fracaso renal crónico (IRC). La desviación se reemplazó después por un tubo hipodérmico desarrollado por los médicos Michael Brescia y James Cimino en el Hospital para Veterano Bronx .

Dedicó su vida entera a la investigación y aunque formalmente se retiró en 1986, él continuó trabajando en el laboratorio de la Universidad de Utah hasta las 1997. En 1994, él recibió el Premio John P. Peters de la Sociedad Americana de Nefrología y en 2002, a la edad de 90 años, Kolff recibió el Premio Alberto Lasker, del Centro Médico de investigación, por su trbajo en Riñón Artificial.

Willem J. Kolff, M.D., se recordará mundialmente como un investigador incansable por el avance de la Ingeniería Bio-Médica. Hoy Millones de personas están vivos gracias a su riñón artificial.El Dr.Willem Johan Kolff murió de Insuficiencia cardíaca congestiva en el 11 de Febrero, 2009, en Newtown Square .

 

BIBLIOGRAFIA:

-http://www.telegraph.co.uk/news/obituaries/4604625/Willem Kolff.htm

-Historia de la Hemodiálisis: www.jasn.org

-Merrill, J. P., Smith, S., III, Callahan, E. J., III, and Thorn, G. W., The use of an artificial kidney. II. Clinical experiences.

J. Clin. Invest., 1950, 29, 425.

 

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario