Las TIC se han hecho presentes en el ámbito de la salud.
La práctica clínica gira alrededor de datos, información y conocimiento. Internet es la mayor fuente de información sanitaria no solo para los profesionales sino también para los pacientes. Además, han surgido y siguen surgiendo multitud de iniciativas de aplicaciones médicas y sanitarias que, aparte de los servicios de información, contemplan la posibilidad de consulta a médicos: la segunda opinión, los grupos de apoyo entre pacientes, servicios de telemedicina y una amplia gama de posibilidades. El desarrollo de infraestructuras de redes digitales de comunicaciones de tipo corporativo y el acceso generalizado a internet están permitiendo el flujo de información entre todos los actores, usando historiales clínicos electrónicos en un entorno seguro, mejorando la calidad de los servicios y facilitando una gestión más eficiente y cómoda para los ciudadanos.
La tendencia actual del mercado tecnosanitario pasa por aunar los conceptos de innovación, efectividad y sostenibilidad. Un informe sobre la Tecnología Sanitaria en España elaborado por el ICEX e Investin Spain, refleja un Sistema Sanitario inmerso en un “proceso de evolución hacia un sistema más moderno, eficiente, flexible y efectivo, que pasa por la aplicación de las TIC en el ámbito de la Salud, la incorporación de biomateriales y la aplicación de nuevos avances biotecnológicos”. A falta aún de datos de 2017, el informe refleja que en 2016 el mercado de la tecnología sanitaria en España facturó 7.200 millones de euros, acercándose de nuevo a las cifras registradas en 2012, antes de verse afectado por la recesión económica. Un dato que ejemplifica la recuperación y el buen hacer de un sector boyante dentro de la industria española, con una fuerte proyección internacional.
Es decir, que gastar en tecnología sanitaria es ahorrar costes. Cuanto más eficiente resulte la atención sanitaria, mayor es el ahorro futuro en rehospitalizaciones, alargamiento de los tratamientos, complicaciones derivadas y pérdidas de productividad. Dichas tecnologías no representan únicamente el material hospitalario.
Uno de los principales retos es la interacción entre los distintos agentes implicados, especialmente entre los dos extremos de la cadena: los pacientes y la industria. La incorporación de los pacientes se postula cada vez más como un elemento clave a la hora de evaluar la experiencia de uso de las tecnologías sanitarias.
En esta línea de potenciar e incrementar las interacciones entro los diferentes actores se circunscribe el proyecto EUnetHTA, una red europea integrada por los sistemas de evaluación de varios países que pretende integrar las actuaciones de las agencias reguladoras, las agencias de evaluación, las administraciones nacionales y de la propia industria. Todo ello enfocado en lograr un modelo más eficiente y sostenible de evaluación científica y técnica que derive en un mejor acceso de los ciudadanos de toda Europa.
Medicina personalizada .Según el estudio ‘Future Health Index España2017’, elaborado por Philips con el aval del MIT Technology Review, la tecnología sanitaria está dando un giro hacia la focalización en la gestión de datos, con elementos como el big data o la medicina personalizada de precisión. Los diagnósticos personalizados, la prevención activa, el autocuidado, la interconectividad e interoperabilidad de las historias clínicas y de la receta electrónica y la asistencia remota representan el camino a seguir.
La cuestión está en pasar de la mera recolección de datos (de la ingente cantidad que se generan en este ámbito) a una gestión del conocimiento a través de éstos. Este cambio de paradigma haría posible la introducción plena de la medicina personalizada, que permite adaptar el tratamiento a las características individuales de cada paciente y conseguir un mejor pronóstico.
Asimismo, es necesario también impulsar un cambio del marco regulatorio que dé cabida a esta transformación ya que, tal y como lamentan “normalmente la tecnología va por delante de la regulación, y esto motiva que tarde en trasladarse al mercado”.
Inteligencia artificial
Los avances en inteligencia artificial (IA) de las últimas décadas han permitido desarrollar nuevos métodos que construyen modelos partiendo de la información contenida en una base de datos. Estos métodos se han utilizado en diversos campos de la medicina, incluyendo análisis descriptivos, modelos predictivos o sistemas de ayuda a la prescripción.
Según el Gartner Hype Cycle publicado en 2017, la inteligencia artificial será la tecnología más impactante en los próximos 10 años debido a la enorme cantidad de datos, al gran poder computacional, y al avance en redes neurales profundas.
Los sistemas sanitarios manejan una cantidad ingente de datos. La aplicación de esta tecnología permitirá aprovechar esta información, resolviendo problemas que hasta ahora no habían tenido solución, descubriendo interacciones desconocidas y generando nuevo conocimiento. Esto permitirá a las organizaciones adaptarse a las necesidades de los pacientes y de los profesionales sanitarios y ser más eficientes.
La aplicación de estas técnicas en la práctica clínica habitual podrá mejorar la calidad asistencial, la percepción de los pacientes, la satisfacción de los profesionales y el análisis coste-efectividad, introduciendo nuevas prácticas
e innovaciones a los sistemas sanitarios, pudiendo maximizar el uso de los recursos, siempre limitados, y mejorar la sostenibilidad financiera.
Además, puede facilitar el camino hacia una medicina que dé respuesta de verdad a las necesidades del usuario o paciente, avanzando hacia la ‘Medicina 5 P’ (personalizada, predictiva, preventiva, participativa y poblacional).
El tratamiento de datos sanitarios mediante técnicas de IA permitirá en los próximos años importantes avances en el conocimiento de diversas áreas relacionadas con la salud y los servicios sanitarios, ayudando a tomar decisiones más adecuadas, eficientes y sostenibles en el tiempo.
No se trata de sustituir a los profesionales sanitarios, sino de proporcionar un sistema de información clínica que añada inteligencia, basada en datos, al proceso de atención al paciente, reservando la toma de decisiones a los profesionales.
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